De traje de baño al primer bikini

La primera mujer “valiente” que se metió al mar para gozar de un baño fue la duquesa de Berry, en 1822, totalmente vestida. Pero de algún modo aquello supuso la semilla para que, en 1890, surgiera el primer “traje de baño” (por llamarlo de alguna manera) idéntico en hombres y mujeres, compuesto por camisa, pantalón y calcetines.

En 1915 la sociedad dio un gran paso adelante y se lanzó a suprimir los calcetines, eso sí, era compensado con el uso de camisones, camisolas largas y faldones para el baño. Mientras, los hombres ya podían lucir piernas bronceadas con pantalones cortos.

1930 es un gran año para la mujer, porque aparece el primer bañador femenino. Tapaba los muslos, era de lana y, cuando se mojaba, podía superar los 3 kilos de peso.
Fue en 1946 cuando Louis Reard tuvo una de las ideas más revolucionarias y provocadoras del siglo pasado. En medio de una sociedad ligeramente reservada y poco iniciada en el destape, el señor Reard dio el bombazo, y de ahí su nombre, porque “bikini” era el nombre del atolón, ubicado en las islas Marshall, en el Pacífico, en que Estados Unidos llevó las primeras pruebas nucleares.
No obstante, diversas fuentes tildan este logro como ‘reinvención’, pues arqueólogos italianos descubrieron en Piazza Armerina (Sicilia) unos mosaicos con figuras de mujeres que lucen vestidos de baño en dos piezas. Unas obras de arte que datan del año 1600 A.c.
Desde ese momento, la polémica estuvo servida. De hecho, ninguna modelo quiso lucirlo en su debut, y, finalmente, se recurrió a una vedette del casino de París, Michele Bernadini, que posó con esta prenda en la piscina Molitor de la capital francesa bajo el lema “más minúsculo que el más minúsculo traje de baño del mundo”. Los franceses aceptaron el traje de baño, porque lo consideraban sinónimo de libertad, mientras que las naciones católicas e incluso Estados Unidos tardaron varios años en adoptarlo a su indumentaria. Estuvo prohibido en países como Portugal, Italia o España en los primeros tiempos.
En España, los primeros bikinis aparecieron en Benidorm y Marbella. En la ciudad de los rascacielos, su alcalde, don Pedro Zaragoza, convenció a las autoridades de que aquella prenda, hasta entonces un escándalo, sería un gran beneficio para el turismo. A partir de ahí, para unos todo fue como un Sodoma y Gomorra permanente, mientras para otros empezó a suponer una gran ganancia económica.
Fue en los años 60 cuando la popularidad del bikini subió como la espuma hasta el estrellato. Las primeras mujeres que lucieron la prenda fueron, como es natural, famosas del cine. Entre las primeras que lo utilizaron, los nombres de Jean Mansfield y Marilyn Monroe.

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